No se habla de otra cosa. El mundo de la televisión sigue conmocionado tras lo ocurrido este sábado por la noche en La 1 de TVE. Cualquier despropósito -y hemos visto muchos a lo largo de los años- parecía difícil de superar... pero ocurrió.
El ex ventrílocuo y empresario del espectáculo José Luis Moreno regresaba a las pantallas de la principal cadena pública de este país con un formato que -ya de entrada- atufaba a rancio desde más allá del segundo horizonte.
La apuesta era un programa contenedor con música, teatrillo, talent show, desfiles de moda, entrevistas íntimas. O sea, todo... y nada.
El título ya sonaba a salón de bodas de ciudad de 20.000 habitantes, 'La alfombra roja Palace', y porque no se les ocurrió ponerle más apellidos del tipo 'luxe', 'glamour', 'elegance', 'cristal' o 'rosé'..
Pues bien, José Luis Moreno y Televisión Española han logrado lo imposible: hacer un parodia de aquella parodia de lujo que fue 'Noche de fiesta'. Alguien debería explicarle al productor la gruesa línea que separa la elegancia del mal gusto. Porque una de las carácterísticas 'La alfombra roja Palace, luxe, elegance, cristal, rosé' es el escaso gusto que destila por todos lado.
El programa es un show de discoteca de pueblo en la noche de reyes, donde modelos sacadas del polígono más cercano desfilan con la mirada puesta en los 40 euros que les pagarán (la cantidad es un decir). Mención aparte merece esa chica vestida de novia que pierde el velo subiendo unas escaleras y se queda a medio vestir. Por no hablar de los trajes de Cobo Calleja que lucieron el resto de sus compañeras de pasarela.
Entre los hitos del primer -¿y último?- programa está una banda de música que tarda una hora en colocarse para tocar en playback con Francisco (otro moderno), un ballet de niños a los que les faltaba más de una docena de ensayos, unos tíos haciendo el cubo de rubick (también modernete), Marta Sánchez (cómo no)... ¡Y Jaimito Borromeo! Sí señores, Jaimito Borromeo. No su hijo, no. El que ya estaba en los programas de Moreno hace 20 años.
Pero es que además, el programa se emitió en directo. ¿Y sabes eso de 'los fallos del directo'? Pues aquí falló todo. Una realización de tele local sin presupuesto, un sonido que va y viene, un playback infumable, errores en los pasos de un bloque a otro con presentadores que desaparecen y obligan a improvisar a los actores... todo. Y el impagable mérito de Jota Abril, al que ante tanto error se le acabaron los recursos.
Ah, y salió un monologuista hablando de cuando Marta Sánchez fue a cantar a las tropas españolas en la primera guerra de Iraq... actualidad a tope, sí. En este punto se echó de menos que saliera Raúl Sender.
También es muy destacable el público, sentado en sillas de tijera de piscina de bolas. Eran tan pocos que de fondo Moreno tuvo que meter aplausos de plástico tras las actuaciones. Eso sí, debían estar muy bien pagados, porque había una señora mayor a la que enfocaban repetidamente, que varias veces estuvo a punto de hacerse pis de la risa. Eso, o había fumado cosas de su nieto.
'Noche de fiesta', perdón, 'La alfombra roja Palace, luxe, elegance, cristal, rosé' tuvo una audiencia acorde a la calidad que ofreció. Se antoja, incluso, que el escaso 5,8% de cuota de pantalla es demasiado.
Sin esperar a más, es necesario preguntar a los responsables de TVE -y ahora en serio- en qué estaban pensando cuando le compraron el programa a José Luis Moreno. 'La alfombra roja bla, bla, bla' es un insulto a aquellos grandes profesionales que trabajan en la Corporación y que están arrinconados, es un insulto a aquellos que pagan sus impuestos, es un insulto a la inteligencia.
Otra cosa es que el objetivo sea, a este paso, reducir RTVE a lo que ahora es la residual Telemadrid o el desaparecido Canal 9. Si eso es lo que quieren, este sí es el camino. Pero que lo digan.
